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De la pérdida total a volver a empezar: Fabián Vesce sonrió y abrió su comercio

Luego de atravesar una de las situaciones más difíciles de su vida, el comerciante Fabián Vesce reabrió las puertas de su local, el tradicional Autoservicio Fabián, ubicado en la esquina de Sarmiento y Aristóbulo del Valle. La reapertura, concretada este jueves, representa un fuerte símbolo de resiliencia y esfuerzo personal, tras el devastador incendio que consumió por completo su vivienda y afectó parcialmente el comercio.
El hecho ocurrió días atrás, durante la madrugada, cuando un desperfecto en un calefactor habría iniciado el fuego mientras Vesce dormía. El humo lo despertó, y logró salir por sus propios medios, aunque con dificultad. En diálogo con Radio Ayacucho, relató con emoción cómo vecinos como Julieta Olarte y su pareja actuaron con rapidez al alertar a los bomberos, cuyo accionar fue clave para evitar mayores pérdidas en el local.
El incendio destruyó el 100% de su vivienda, y alrededor del 20% del comercio, pero el daño emocional y material fue mucho mayor. “No quedó nada, todo se convirtió en cenizas”, expresó conmovido el propietario, quien agradeció profundamente a quienes se acercaron a colaborar desde el primer momento.
Entre las múltiples muestras de solidaridad, destacó la ayuda de Cristina Enfadaque y su familia, además de varios jóvenes que participaron en tareas de limpieza y reconstrucción. También recibió el apoyo de otros comerciantes locales, amigos y vecinos que aportaron materiales y acompañamiento constante. “Muchos me ayudaron y quise retribuirles pero no quisieron” agregó Vesce.
Pese a todo lo vivido, el comerciante decidió volver a abrir su negocio, con horario habitual de lunes a sábado. Sin embargo, remarcó que, hasta el momento, no recibió ninguna visita ni asistencia de parte de autoridades municipales.
La reapertura del Autoservicio Fabián se vivió como una celebración entre sus clientes, que valoró el compromiso de Vesce con su trabajo y la importancia del comercio en el barrio por más de 15 años. En sus palabras finales, el comerciante se mostró esperanzado y agradecido: “Lo material se reconstruye, lo importante es que estoy vivo y no estoy solo”.