Actualidad
Desafíos de una madre luchadora: El camino de Verónica por la salud de su hijo

En particular, existen familias en situaciones vulnerables, con gastos específicos y realidades complejas que no siempre son visibilizadas. Este es el caso de Verónica, madre de Maiko, un joven hemipléjico. Verónica compartió su experiencia con Urgente Ayacucho, detallando los desafíos que enfrenta para mantener el tratamiento adecuado para su hijo.
Maiko fue operado hace dos años con la esperanza de poder caminar nuevamente mediante una buena rehabilitación. Durante dos meses, Maiko asistió a sesiones de rehabilitación en el hospital de Ayacucho, pero luego se le informó que no podía continuar debido a la alta demanda y a que contaba con cobertura de IOMA.
Verónica solicitó ayuda en INAREPS, donde le ofrecieron una internación reducida de tres días a la semana. Sin embargo, enfrentar problemas de transporte se convirtió en un obstáculo. IOMA no proporcionó transporte, y las autoridades locales del hospital y el servicio social tampoco pudieron asistirla. Debido a la falta de transporte, tuvieron que rechazar la internación semanal en INAREPS.
A pesar de las dificultades, Maiko comenzó un tratamiento de espasticidad, que requiere aplicaciones de Botox cada tres meses. Este tratamiento, que tiene seis sesiones entre aplicación y aplicación, busca reducir la espasticidad de sus miembros superiores e inferiores y ver si Maiko puede recuperar algo de su hemiplejia. Verónica ha tenido que buscar soluciones alternativas para el transporte, incluyendo ayuda esporádica de conocidos y vales de combustible proporcionados por autoridades.
Verónica está estudiando enfermería con la esperanza de obtener una salida laboral que le permita ayudar más a su hijo. Su mayor necesidad actual es conseguir barras paralelas de dos metros para que Maiko pueda aprender a pararse, pero los costos de los materiales son muy altos.
Además de los desafíos relacionados con la salud de Maiko, Verónica enfrenta otra dificultad significativa: después de 16 años de vivir en la misma casa, la propiedad está por vencerse y es probable que tenga que mudarse. En julio, no tendrá contrato ni un lugar donde vivir, y los alquileres están muy elevados. Con su sueldo municipal, se le hace muy difícil encontrar una solución.
Sin embargo, Verónica se mantiene firme en su determinación. “Jamás bajaré los brazos ni me daré por vencida. Lucharé hasta el final de mis días para ver a Maiko de pie y poder tener mi propio techo para nosotros,” afirma con convicción.
La historia de Verónica y Maiko es un reflejo de las múltiples barreras economicas que enfrentan las familias con miembros en situación de discapacidad en un contexto adverso.