Este 30 de diciembre se cumplen 20 años de la tragedia de Cromañón, un evento que marcó a la sociedad argentina. Damián Álvarez, sobreviviente de aquella fatídica noche, dialogó con FM 95 en el programa conducido por Emilio Quintana y Jazmín Fernández, compartiendo su testimonio y reflexiones sobre lo sucedido.
Damián relató las numerosas irregularidades que contribuyeron a la tragedia. “El local estaba habilitado para 1.031 personas, pero había más de 3.000 esa noche. Además, muchos matafuegos no funcionaban y las puertas de emergencia estaban bloqueadas con candados y alambres”, explicó. También señaló la responsabilidad estatal, ya que el lugar había sido habilitado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires a pesar de sus fallas estructurales.
La tragedia dejó un saldo de 194 muertos y cientos de heridos, muchos de los cuales aún luchan con secuelas físicas y psicológicas. “La criminalización fue terrible”, señaló Álvarez, refiriéndose al estigma impuesto por ciertos sectores mediáticos que responsabilizaron a los jóvenes y a la banda Callejeros en lugar de a las autoridades.
Álvarez es coautor de un libro que busca dar visibilidad a la masacre y cuestionar las narrativas oficiales. “Hemos presentado el libro en más de 40 ciudades, incluso fuera del país, y encontramos que aún persisten mitos, como la idea de una ‘guardería’ en el boliche, algo totalmente falso”, sostuvo.
Actualmente, junto a otros sobrevivientes y familiares, Damián impulsa iniciativas como un programa de atención psicológica para afectados, llamado “Desde Adentro”. También participa en la creación de un proyecto de ley que busca una reparación integral para las víctimas. “El Estado tiene que asumir su responsabilidad. No queremos que cada dos años las víctimas tengan que revivir el trauma para demostrar que estuvieron allí”, afirmó.
La tragedia de Cromañón evidenció un sistema corrupto y negligente. Damián reflexionó sobre el impacto de ese contexto en la juventud de la época: “Somos hijos de una crisis social, política y económica. Lo que vivimos aquella noche fue el resultado de un sistema que nos dejó de lado”.
El testimonio de Álvarez y el trabajo colectivo de las víctimas buscan mantener viva la memoria de la tragedia y evitar que se repitan errores que cuesten vidas humanas. “Esta masacre no puede quedar en un discurso periodístico distorsionado. Tenemos que contar la verdad, y para eso seguimos luchando”, concluyó. Vía Diario Ayacucho.