Este 10 de octubre se conmemora en Argentina el Día Nacional de la Danza, fecha que rinde homenaje a este arte como medio de expresión cultural, y que en Ayacucho cuenta con una vibrante comunidad de bailarines y agrupaciones que celebran la fecha con entusiasmo.
En la memoria de todos, también, está el trágico accidente aéreo ocurrido en 1971, donde fallecieron nueve bailarines del Ballet Estable del Teatro Colón, entre ellos destacadas figuras como Norma Fontenla y José Neglia. Este acontecimiento marcó un antes y un después en el mundo de la danza argentina, y desde entonces se honra a estos artistas que dedicaron su vida a esta disciplina.
En una reciente entrevista realizada por Radio Aya con motivo de esta fecha, Lorena Irigoyen, una referente de la danza folklórica en Ayacucho, compartió su visión sobre el significado de esta efeméride. La entrevistada resaltó cómo la danza, en sus múltiples formas y géneros, no sólo es una forma de arte sino también un espacio de conexión emocional y social. “La danza invade cualquier espacio, no tiene clase social. Es hermoso poder disfrutarla desde todos los ambientes”, expresó Lorena, destacando el esfuerzo de academias, clubes y el municipio en impulsar esta actividad en la ciudad.
El pasado fin de semana, Ayacucho celebró el evento “Ayacucho Baila”, donde se congregaron diversas agrupaciones locales para mostrar la riqueza y diversidad de la danza en todas sus formas. Según Irigoyen, el evento reunió disciplinas que van desde la danza árabe y española, hasta el reggaetón y el folklore, en una demostración que capturó el espíritu de la danza en su forma más inclusiva y comunitaria.
Al ser consultada sobre el sentido más profundo de la danza, Lorena destacó: “Lo bailo porque no me queda otra, porque no puedo expresar con palabras lo que siento. El sentimiento es inefable.” Estas palabras reflejan el poder transformador de la danza, que trasciende las palabras y conecta a las personas a través del cuerpo y la música.
Lorena Irigoyen, quien comenzó su camino en la danza desde temprana edad en la escuela primaria, actualmente es profesora de danzas folklóricas en el Instituto de Arte Folklórico (IDF) y coordina un grupo de adultos mayores en la ciudad. Con más de 70 años de historia, el IDF es una de las instituciones más importantes en la enseñanza del folklore en Argentina, y en Ayacucho.
En cuanto a la enseñanza de la danza folklórica, Lorena explicó cómo ésta se clasifica en diferentes estilos, como pareja suelta, independiente o en conjunto. “Por ejemplo, la chacarera o el gato se bailan sueltos, sin tomarse de las manos, mientras que el tango o el chamamé son danzas de pareja entrelazada”, explicó. Estas clasificaciones son fundamentales para comprender las coreografías y tradiciones dentro del folklore argentino.
Además de ser un medio de expresión artística, la danza tiene numerosos beneficios para la salud. Lorena señaló que, especialmente en el grupo de adultos mayores que ella dirige, la danza no sólo contribuye a la mejora física, sino también al bienestar emocional y social. “Bailar baja los niveles de estrés, mejora la coordinación y la circulación, y lo más importante, crea un espacio de encuentro y sociabilización”, comentó.
Para quienes aún no se animan a bailar, Lorena lanzó una invitación abierta: “No hay que saber bailar para empezar. Solo hay que poner el cuerpo, la actitud, y dejarse llevar por la música.”