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El recuerdo vivo de la estación Udaquiola: historia y presente de un ramal olvidado
Mientras la esperanza de que vuelva a funcionar nuevamente el ramal, los recuerdos son solo historia de aquellos que lograron vivir aquella época.

A 235 kilómetros de Plaza Constitución, en plena llanura bonaerense, se encuentra la estación ferroviaria Udaquiola, una de las paradas originales del histórico ramal Chas-Ayacucho. Inaugurada entre 1911 y 1913, fue testigo de la intensa actividad de trenes de carga y pasajeros que unían la Capital Federal con el interior de la provincia de Buenos Aires y la costa atlántica.
Este ramal, vital para la economía regional, quedó clausurado para el transporte de pasajeros entre 1977 y 1978. La traza resistió unos años más gracias al paso de formaciones de carga, pero la gran inundación de 1980, que destruyó varios terraplenes en la zona de Ibañez, marcó el principio del fin. Finalmente, en la década del noventa, las vías fueron levantadas, cerrando para siempre una página significativa de la historia ferroviaria argentina.
Hoy, la estación Udaquiola permanece como un silencioso testimonio de aquel pasado. Fotografías capturadas entre 1983 y 2013 muestran la evolución de su deterioro y, a la vez, los intentos de conservación. El edificio principal, que llegó a estar abandonado, fue reciclado parcialmente: funciona como vivienda y, en parte, como destacamento policial, visible por la bandera argentina flameando junto al antiguo andén.
Aún se pueden ver estructuras icónicas, como el galpón ferroviario y los tanques de agua, que desafían el paso del tiempo. Restos de un viejo vagón de carga, sin bogies, permanecen junto a los rieles que resisten entre el pastizal. Incluso un antiguo cartel que señalaba la llegada de los pasajeros a la estación, hoy cumple función vial sobre la Ruta 29.
Vecinos y entusiastas de la historia ferroviaria recorren cada tanto estos vestigios para documentar lo que queda del ramal. Fotos de 1965 recuerdan un accidente entre Udaquiola y Casalins, cuando un tren de carga de 16 vagones descarriló. Historias como la del maquinista Ovidio Alfredo Martínez, quien condujo locomotoras de vapor para el Ferrocarril General Roca, mantienen viva la memoria de quienes trabajaron y viajaron por estas vías.
El trazado Chas-Ayacucho fue en su tiempo una conexión estratégica hacia Quequén y Necochea, clave para productores agropecuarios y viajeros que buscaban la costa atlántica. Hoy, la maleza avanza donde antes rugía el acero. Sin embargo, gracias a registros fotográficos, relatos y la pasión de ferroviarios retirados y sus familias, la historia de Udaquiola se resiste a quedar enterrada.
Recorrer la estación es viajar en el tiempo, detenerse ante los galpones, los rieles dispersos y la soledad de la pampa que supo vibrar con el silbato de las locomotoras. Udaquiola, como tantas estaciones olvidadas de la red ferroviaria argentina, encarna un fragmento de identidad que sigue esperando ser contado. Con información de Museo Ferroviario.