El 29 de julio fue un día especial en Ayacucho, ya que se celebraron los 90 años de vida de Elvira Balbuena, una figura icónica en la comunidad que ha dedicado 73 años a embellecer y cuidar a generaciones de vecinos desde su peluquería. Con esta fecha también marca su despedida oficial de la labor que ha ejercido con pasión y dedicación, dejando una huella imborrable en la comunidad.

En diálogo con Urgente Ayacucho, Elvira compartió sus pensamientos y reflexiones sobre esta etapa de su vida. “Sí, me siento bien. Estoy muy acompañada, pero ya trabajé muchos años. He decidido retirarme y hacer algo distinto, descansar o salir un poco de la rutina después de tantos años en lo mismo”, comentó Elvira con una sonrisa.

Elvira comenzó su carrera en 1950, siendo entrenada por una peluquera de apelllido Hidalgo que se retiraba en ese momento. “Me preparó a mí porque sabía que me gustaba y me dejó la peluquería. Siempre me fue muy bien desde entonces”, recordó Elvira.

A lo largo de su extensa carrera, Elvira ha sido testigo de numerosos cambios en la industria de la peluquería. “Al principio solo atendía a mujeres, pero con el tiempo tuve mucha gente, incluso de Buenos Aires, que venía a las estancias y todas visitaban mi peluquería. Siempre me sentí muy feliz con mi trabajo y nunca me peso, lo hice con gusto”, señaló. También mencionó haber trabajado sola la mayor parte de su vida, aunque en ciertos momentos contó con ayuda debido a la gran cantidad de trabajo.

Cuando se le preguntó sobre algún momento memorable o cliente famoso, Elvira sonrió y respondió: “Tengo montones de anécdotas y momentos compartidos. Atendí a mucha gente hermosa”.

Para los jóvenes que están comenzando en el mundo de la peluquería, Elvira aconseja trabajar con entusiasmo y ganas. “Es un negocio muy lindo. Que sigan adelante con pasión”, recomendó.

Ahora, al comenzar esta nueva etapa de su vida, Elvira planea disfrutar de su familia, compuesta por numerosos sobrinos, hijos y seis nietos. “Quiero hacer un viaje que no pude hacer antes debido al trabajo y disfrutar de la familia”, expresó con ilusión.

Finalmente, al reflexionar sobre cómo le gustaría ser recordada, Elvira dijo: “Espero que me recuerden como yo los voy a recordar a ellos. Voy a extrañar a todos mis clientes”.

La comunidad de Ayacucho celebra a Elvira Balbuena, no solo por su dedicación y profesionalismo, sino también por el cariño y la alegría que ha compartido durante más de siete décadas. Con su retiro, Ayacucho pierde una peluquera, pero gana una leyenda cuya memoria perdurará en el corazón de todos los que tuvieron el privilegio de conocerla.