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Josefina Martinez: “El flamenco es la forma más hermosa que encuentro para expresar las emociones y compartirlas con los demás”

Cada 16 de noviembre, el mundo se rinde ante la magia del flamenco, una expresión artística que trasciende fronteras y conecta a las almas con la pasión y el arte. Este día, marcado por la UNESCO como el Día Internacional del Flamenco desde 2010, es más que una celebración; es un tributo a una forma de expresión que ha arraigado sus raíces en España y ha tejido sus hilos en la rica tela cultural de Latinoamérica.
Dialogamos con Josefina Martinez, profesora de danzas españolas cuyo vínculo con el flamenco es tan profundo como las raíces mismas de este arte.
“Fue algo que surgió más de grande, pero ya traía el hilo desde niña. Recuerdo ir a los espectáculos que se realizaban en Casa de España, y recuerdo ver pegada al escenario a una de mis hermanas bailar Danzas Españolas y quedar totalmente encantada. Ya con 16 años, comencé a tomar clases con Celestina Volantín, quien me abrió muchísimas puertas y me ayudó a formarme primero cómo bailarina y luego cómo profesora”.
Aunque actualmente no está impartiendo clases, Josefina nos relata su viaje entre los compases del flamenco: “En el año 2016 y parte del 2017, pausé mis clases por cuestiones de estudio, que decidí ir a la ciudad de Mar del Plata a realizar la carrera de Periodismo, lo dejé en stand by. Cuando volví, en 2020, retomé los grupos en la Vieja Usina, pero llegó la inesperada pandemia que nos obligó a colgar los zapatos y guardar trajes por un tiempo. El octubre del año pasado, junto al profesor y director de la carrera de Danzas Españolas Hugo Salvatierra, realizamos el espectáculo ¨Encuentro de Pasiones¨ y fue un volver a renacer en el flamenco. Ya estamos con nuevas ideas para volver con muchas ganas el próximo año, tanto en las clases, como en nuevas presentaciones”.
Acerca de la enseñanza del flamenco, Josefina comparte su perspectiva única: “No creo que sea más fácil enseñar a niños o adultos; son caminos diferentes. Con los niños, los llevas de la mano del juego, la música desconocida y el fascinante colorido de los trajes. Para los adultos, muchos son principiantes o han pasado por el flamenco cuando eran pequeños, aquí entra la astucia del profesor para transmitir sus conocimientos con paciencia y pedagogía”.
Los zapatos de flamenco, para Josefina, es el objeto que la identifica: “Son una explosión de ritmo. Y son los que delatan cómo te sentís. Podes zapatear suavecito porque la música te lo pide o porque te sentís desganada. Y si zapateas con muchas ganas, te das cuenta que la fuerza está intacta. En mi caso, más allá del estado anímico que tenga en ese momento, soy de las que zapatea con muchas ganas y poniendo siempre la linda energía, para que ese zapateo, sea mágico”.
Entre risas, Josefina comparte una anécdota: “En un cambio inesperado de vestuario en la última presentación. Teníamos que salir con falda negra y me la había olvidado. El resto del vestuario quedaba bien si le ponías una falda de color rojo, y es la que encontré en ese momento. Cuando subimos al escenario, veo la cara de Hugo Salvatierra y morí de risa”.
Para Josefina, el flamenco es más que una danza, es un estilo de vida: “Todo, absolutamente todo lo relacionas y conectas con el flamenco. Es la manera más hermosa que encuentro de expresar las emociones, poder compartirlas con la gente y hacerlos partícipes. Es una terapia, te desconectas de la locura diaria y te transportas a otro universo. Invito a niños, niñas, hombres y mujeres, no importa la edad, no importa el género, si sabes bailar o no. Es importante conectar con uno mismo, disfrutar y sentirse bien”.
En este Día Internacional del Flamenco, celebremos juntos la magia de este arte que trasciende fronteras y une corazones en un vibrante compás de emociones.