La Ciudad regulará el uso de teléfonos celulares en las escuelas para “mejorar la calidad de la enseñanza y proteger el desarrollo de chicos y adolescentes”. Durante la jornada escolar deberán permanecer guardados.
La medida busca estimular la concentración de los alumnos en clase, promover la socialización durante los recreos y prevenir el daño que provoca el uso excesivo de dispositivos electrónicos.
“Los docentes nos decían que ya no tenían el control del aula y que los chicos no prestaban atención por el celular, que es un distractor. Y además cada escuela secundaria va a poder decidir en qué condiciones se puede usar”, explicó Jorge Macri.
Los alumnos de secundario deberán guardar sus teléfonos y tablets durante las horas de clase. “El uso de los dispositivos dentro del aula estará permitido únicamente cuando forme parte de una actividad pedagógica planificada y aprobada por el equipo directivo”, explicaron desde el gobierno.
En los jardines de infantes y en las escuelas primarias los celulares no podrán ser utilizados durante las clases y los recreos, salvo que el cuerpo docente lo permita con fines educativos. Los teléfonos deberán estar apagados durante la jornada.
La medida tendrá impacto en 566.000 estudiantes de 2.291 escuelas de la Ciudad de Buenos Aires de nivel inicial, primaria y secundaria del ámbito público y privado.
Esta resolución está basada en estudios y experiencias de distintos países, donde la regulación del uso de celulares contribuyó a mejorar el aprendizaje de los alumnos de bajo rendimiento.
Según las cifras que maneja el gobierno porteño, los chicos utilizan dispositivos electrónicos entre 2 y 5 horas por día y el 23,4% lo utiliza más de 5 horas, de acuerdo con un relevamiento realizado por la Ciudad entre familias de estudiantes primarios y secundarios.