En las últimas semanas, la implementación de la Educación Sexual Integral (ESI) y la distribución de libros del programa “Identidades bonaerenses” en escuelas bonaerenses desataron un intenso debate público. Mientras sectores políticos y sociales cuestionaron los contenidos, las autoridades educativas defendieron su carácter pedagógico y formativo.
La ESI, instaurada en 2006 mediante la Ley 26.150, establece el derecho de niñas, niños y adolescentes de todos los niveles educativos a recibir formación integral sobre sexualidad. Este enfoque, basado en evidencia científica, abarca aspectos biológicos, sociales, psicológicos, afectivos y éticos, adaptados a la edad y desarrollo de los estudiantes. La normativa busca promover la salud integral y prevenir la violencia, articulando políticas públicas en un marco de derechos humanos.
El reciente debate se centró en los libros “Identidades bonaerenses”, distribuidos por la Dirección de Educación y Cultura de la provincia de Buenos Aires. La vicepresidenta Victoria Villarruel (La Libertad Avanza) calificó el material como “pervertido” y acusó al gobierno de promover contenidos inapropiados en las aulas. Desde su espacio en Ayacucho, militantes cuestionaron públicamente la utilización de estos textos en las escuelas locales, denunciando una supuesta agenda ideológica. Incluso participaron de acciones en una ronda de lectura organizada en el marco del Día contra la Violencia hacia las Mujeres, que derivaron en tensos intercambios con docentes, donde según ellos no dieron espacio a expresarse.
Por su parte, la Jefatura Distrital de Educación de Ayacucho contó a Urgente Ayacucho que los textos distribuidos están dirigidos mayoritariamente a docentes y estudiantes de niveles superiores, y no a una lectura directa por parte de menores. Además, destacaron que la selección fue realizada por especialistas en literatura, confiando en el criterio profesional del cuerpo docente para abordar los contenidos de manera adecuada.
La coordinadora de Casa FUSA, Mailén Pérez Tort, señaló a Chqueado.com que la ESI no solo es una herramienta educativa, sino una política integral para prevenir la violencia y garantizar derechos. Sin embargo, sectores opositores consideran que su implementación podría introducir temas sensibles sin el debido consentimiento de las familias.