La Argentina se convirtió en uno de los pocos países en donde se producen vacunas contra el coronavirus, pero el proceso se había mantenido en secreto hasta hoy. El laboratorio Richmond informó que fabricó y envió un lote de dosis de Sptunik V a Moscú para obtener la aprobación rusa e iniciar en junio la producción masiva en una de sus plantas ubicadas en Buenos Aires.
La firma comunicó ante la Bolsa de Comercio de la capital que los primeros lotes “están siendo enviados al Gamaleya Center para su evaluación, mientras que, otros ensayos, son realizados en paralelo en nuestros laboratorios”.
Actualmente, ya está registrada en 60 países. La vacuna se basa en una plataforma de vectores adenovirales humanos, virus inactivados que se utilizan para transportar material genético del virus que se quiere inocular.
En este caso, la Sputnik V utiliza dos vectores diferentes (uno diferente en cada dosis), lo que proporciona una inmunidad más duradera que las vacunas que utilizan el mismo mecanismo de administración para ambas inoculaciones.
En el momento en que se anunció el memorando de entendimiento entre el RDIF y Laboratorios Richmond -en febrero pasado-, el presidente Alberto Fernández destacó el acuerdo.
“Estamos muy entusiasmados con la posibilidad de producir la Sputnik V en la Argentina, vacuna con la cual ya estamos protegiendo a gran parte de nuestra población con excelentes resultados. Será una gran oportunidad para avanzar en la lucha contra la pandemia no solo en la Argentina, sino también en América Latina”, había dicho el presidente.
Por su parte, Kirill Dmitriev, director ejecutivo (CEO) del Fondo de Inversión Directa de Rusia sostuvo en el comunicado difundido hoy que “Argentina fue el primer país en América Latina en aprobar el uso de la vacuna Sputnik V y comenzar a vacunar a la población. Hoy nos complace anunciar que Argentina también se ha convertido en el primer estado de la región en iniciar la producción de Sputnik V gracias a la asociación entre RDIF y Laboratorios Richmond”.