María Josefa Bonazza, única sobreviviente hasta ahora del derrumbe del hotel Dubrovnik en Villa Gesell, narró cómo logró comunicarse con los rescatistas mediante el código Morse mientras permanecía atrapada bajo los escombros. Bonazza explicó que, luego de escuchar dos explosiones y quedar aprisionada, notó que su marido, Federico Ciocchini, no respondía, y que ella se mantenía lúcida y controlaba su respiración con técnicas de yoga para optimizar el oxígeno disponible. Ante la dificultad de moverse, Bonazza empezó a emitir sonidos en código Morse con golpes, indicando “S.O.S.” para pedir ayuda.
El experto telegrafista ayacuchense, Marcelo Gianoli, destacó en Radio Ayacucho la importancia de conocer el código Morse, que se compone de señales de corta y larga duración. Gianoli explicó que el código se emplea en situaciones de emergencia, incluso en la actualidad y en contextos de conflicto como la guerra en Ucrania, donde el Morse encriptado es un medio de comunicación seguro. Además, indicó que es una habilidad accesible para cualquier persona, ya que muchos dispositivos, como linternas, ya incluyen señales de S.O.S. prediseñadas.
La aplicación de este método antiguo permitió a Bonazza advertir a los rescatistas sobre su ubicación, lo cual resultó crucial para su rescate.