El 16 de enero, la protectora de animales P.AN.DA. cumplió 29 años de dedicación al bienestar animal en Ayacucho. Desde su fundación en 1996, la institución ha sido un pilar fundamental en la promoción de la salud pública y el cuidado responsable de mascotas y animales silvestres.
Mara Balbi, presidenta de P.AN.DA., recordó los inicios de la organización y destacó su evolución a lo largo de los años. “Nuestra fortaleza ha sido capacitarnos continuamente y aprender de errores y aciertos. Al principio, nos encargábamos directamente de los animales, pero entendimos que nuestra misión debía enfocarse en concientizar al municipio sobre la importancia de un programa de castraciones como parte de la salud pública”, explicó.
P.AN.DA. no solo promovió la implementación de una ordenanza para regular la sobrepoblación animal, sino que también fue clave en la creación del Centro de Zoonosis Municipal. La institución utilizó terrenos donados por Luis Riera, un benefactor local, para financiar parte de la construcción de este espacio. Gracias a este aporte, el centro pudo convertirse en una realidad. Este vínculo llevó a que el lugar sea compartido entre Zoonosis y P.AN.DA., lo que a veces genera confusión en la comunidad. Sin embargo, ambas entidades colaboran estrechamente para cumplir con objetivos comunes.
A lo largo de los años, P.AN.DA. extendió su impacto más allá de los límites locales, brindando asesoramiento a otros municipios y, en ocasiones, a organizaciones internacionales. “Compartimos nuestras experiencias para que otros no cometan los mismos errores. Nuestra meta es reducir el abandono y garantizar que cada animal tenga una familia”, señaló Balbi.
La protectora realiza actividades constantes que muchas veces no se visibilizan. Desde jornadas de castración con voluntarios hasta el rescate y cuidado de animales en situación de riesgo, P.AN.DA. trabaja con compromiso y dedicación. Además, su labor no se limita a perros y gatos, ya que también han asistido a animales silvestres, priorizando siempre su bienestar y reintegración al hábitat natural.
A pesar de los logros alcanzados, P.AN.DA. sigue enfrentando desafíos. La presidenta destacó la importancia de seguir sumando voluntarios y recursos para mantener su misión viva. “No publicamos todo lo que hacemos, pero sabemos que cada acción cuenta para cambiar vidas. Nuestra tarea es silenciosa, pero llena de corazón”, concluyó.
