Este lunes por la tarde, un posteo en redes sociales de Analía Ocaño, exintegrante de la Fiesta Nacional del Ternero y la Yerra, generó un fuerte debate en la comunidad. En su publicación, Ocaño mencionó el cierre de la 51ª edición del evento, pero puso especial énfasis en la renuncia de su hija, Josefina Manterola, quien hasta el momento formaba parte del equipo de conducción y prensa.

Según Ocaño, su hija trabajó incansablemente en la organización, al igual que sus compañeros y compañeras, y lamentó que la falta de reconocimiento y el destrato hacia los jóvenes colaboradores hayan llevado a su decisión de renunciar. “Siempre dije que hay que cuidar a quienes colaboran, sobre todo a los jóvenes, pero parece que hay muchos sordos”, expresó en su mensaje.

La renuncia de Manterola, junto con las de otras integrantes del equipo de prensa, como Milagros y Abril, puso en evidencia una serie de conflictos internos dentro de la organización de la Fiesta del Ternero. De acuerdo con fuentes, hubo situaciones de desvalorización del trabajo realizado por el equipo de prensa, lo que motivó su alejamiento.

Esta situación se suma a una problemática que se ha evidenciado en ediciones anteriores, donde los medios locales que año tras año cubren la fiesta han señalado dificultades en el desarrollo de su trabajo. La polémica en torno a estas renuncias y observaciones ha reabierto el debate sobre el rol de la prensa en eventos de gran magnitud y el acceso equitativo a la cobertura periodística.