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Preocupación en el sector rural por la falta de transporte escolar en Ayacucho

La Sociedad Rural de Ayacucho manifestó su preocupación ante una problemática que, con el inicio de cada ciclo lectivo, vuelve a repetirse sin soluciones concretas: la interrupción del servicio de transporte escolar rural. Según expuso su presidente, Nicolás Tortorella en diálogo con Radio Ayacucho, actualmente solo 14 de los 50 recorridos asignados están activos, afectando a más de 580 alumnos que dependen del sistema de combis para asistir a escuelas ubicadas en zonas rurales.
El conflicto, que se arrastra desde hace años, ha vuelto a instalarse en la agenda local ante la falta de respuestas efectivas por parte de las autoridades educativas. El reclamo involucra tanto a familias que residen en parajes rurales como a aquellas que, viviendo en la planta urbana, envían a sus hijos a establecimientos rurales. “Es un problema estructural que golpea directamente a la ruralidad y condiciona el acceso a un derecho básico como es la educación”, expresó Tortorella.
Desde la Sociedad Rural se detalló que los reclamos comenzaron a llegar a través de productores y padres de alumnos, quienes advirtieron que, en varios casos, los estudiantes no pudieron comenzar el ciclo lectivo por no contar con el servicio de traslado. “La Comisión de Educación de la Rural comenzó a trabajar en este tema cuando nos llegaron las primeras denuncias. Los alumnos no pueden acceder a las escuelas porque las combis no están funcionando en buena parte de los recorridos programados”, indicó el dirigente.
La situación plantea una serie de efectos colaterales que impactan en la vida cotidiana de las familias rurales. “Cuando un chico no puede ir a la escuela, la familia se ve obligada a reorganizarse. En muchos casos, uno de los padres —generalmente la madre— tiene que acompañarlo al pueblo, y eso desarma la estructura familiar del campo. A la larga, ese padre o madre termina abandonando el trabajo rural para instalarse en la ciudad”, explicó Tortorella. Esta dinámica, agregó, “genera un vaciamiento progresivo del ámbito rural y debilita las economías del interior”.
Uno de los aspectos más preocupantes del conflicto es la falta de claridad respecto al origen del problema. “No sabemos si es una cuestión de financiamiento, de burocracia o de descoordinación entre niveles del Estado. Desde el Consejo Escolar nos han informado que algunas declaraciones juradas presentadas por los padres no estaban correctamente confeccionadas, y eso ralentiza todo el proceso. Pero mientras tanto, los chicos siguen sin clases”, sostuvo.
Para la entidad rural, la solución pasa por anticiparse al inicio del ciclo lectivo. “No puede ser que en marzo estemos discutiendo si las combis van a salir o no. Estos relevamientos deberían realizarse antes de que termine el año escolar anterior. De lo contrario, cada año volveremos a repetir el mismo problema”, insistió Tortorella.
La entidad también realizó consultas con otras rurales de la región, obteniendo respuestas dispares. “Hay localidades que están en mejor situación, otras incluso peor que Ayacucho. Pero la problemática no es exclusiva de nuestro partido: es un síntoma de una deuda estructural con la educación rural en la provincia”, expresó.
En ese sentido, el presidente de la Sociedad Rural subrayó que el reclamo no tiene que ver con una cuestión de cantidad, sino de principios. “Para nosotros, no importa si el problema afecta a uno o a quinientos alumnos. La lucha es la misma. Todos los chicos tienen derecho a acceder a la educación, vivan donde vivan. No queremos que la ruralidad quede relegada. El campo también es parte del futuro de Ayacucho”.