El 3 de enero no es un día cualquiera para los ayacuchenses. Es la fecha en que, hace 37 años, Radio Ayacucho comenzó a formar parte de sus vidas. Lo que inició como un sueño audaz de Eduardo Crovo y su familia, hoy es un pilar en la historia de la comunicación local.
Desde sus primeros días, la radio no solo emitía noticias y música; transmitía cercanía, identidad y pertenencia. A través de un innovador sistema de circuito cerrado, las voces y sonidos de la comunidad se colaban en cada rincón del pueblo, creando un espacio donde las instituciones, los vecinos y las tradiciones se encontraban.
Gustavo Crovo, hijo de Eduardo y protagonista de la historia de la emisora, recordó en el programa Nueva Ciudad de Radio Ayacucho cómo comenzó este proyecto. “Mi papá siempre tuvo el sueño de tener una radio AM, algo que venía pensando desde los años 70. Viajamos a Buenos Aires en busca de asesoramiento, y fue en ese momento, cuando nos sugirieron comenzar con una radio por cable como primer paso, para luego pedir una frecuencia AM”, relató Gustavo.
Con una inversión considerable, Eduardo y su familia comenzaron a instalar cables por todo el pueblo, lo que permitió a los ayacuchenses escuchar la radio a través de cajas receptoras. Este sistema de circuito cerrado marcó el inicio de un largo camino hacia la consolidación de la emisora, que en pocos meses vería un giro inesperado gracias a la explosión de las emisoras FM en el país.
“En pocos meses, tuvimos que cambiar el proyecto. Lo que antes era una idea de AM, rápidamente se transformó en una apuesta por la FM, que era más accesible y económica, y nos permitía llegar más directamente a la gente”, recordó Gustavo.
La llegada de Radio Ayacucho en su formato FM fue un éxito inmediato. La emisora logró capturar la atención de la comunidad, brindando noticias locales, cobertura deportiva y contenido cultural.
La emisora continuó su proceso de evolución a lo largo de los años. En sus primeros tiempos, se encontraba en la calle Alem 970, pero en 2015, el mando de la radio pasó a estar a cargo de Marcelo Fazzari y Diego Calderón, quienes tomaron la decisión de trasladar la emisora a la intersección de Mitre y España. Más tarde, se mudaron a su sede actual en Sarmiento 969, donde continúa funcionando hasta el día de hoy, con una nueva programación, renovados integrantes y una tecnología de vanguardia, todo bajo la dirección de Fazzari.
Gustavo recordó con cariño el trabajo y dedicación de su padre: “Mi papá era incansable. Se levantaba antes que los operadores y no descansaba hasta que el último programa terminaba. Vivía para la radio, era su pasión”.
Y esa pasión por la radio se transmitió a la comunidad. Eduardo no solo creó una emisora, sino que innovó en la forma de conectar a los oyentes con lo que sucedía en su entorno. Desde los primeros clasificados por radio hasta la transmisión de eventos deportivos locales, siempre estuvo un paso adelante, buscando ofrecer un espacio único para todos.
Hoy, al mirar hacia atrás, la radio sigue siendo el reflejo de ese espíritu pionero. Con 37 años de historia, Radio Ayacucho continúa siendo la radio de la familia, un medio que sigue comprometido con la comunidad, tal como lo soñó su fundador. Y aunque Eduardo ya no esté físicamente, su legado vive en cada transmisión, en cada nota local y en la conexión profunda que la emisora mantiene con su audiencia.
La historia de Radio Ayacucho es la historia de un sueño que se convirtió en realidad y que, con el paso del tiempo, sigue estando tan vivo como el primer día. La radio de la familia sigue marcando la diferencia, 37 años después, porque fue pensada y creada con pasión, dedicación y un profundo amor por la gente de Ayacucho.
