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Aumenta la crisis humanitaria en Gaza: crecen las muertes por hambre entre niños y jóvenes

La situación humanitaria en Gaza alcanza niveles alarmantes a medida que la crisis alimentaria se agrava tras más de 21 meses de conflicto. En hospitales del enclave palestino, médicos reportan un aumento sostenido de casos de desnutrición severa, especialmente entre niños y adolescentes que, antes de la guerra, gozaban de buena salud.
Atef Abu Khater, de 17 años, es uno de los cientos de jóvenes que hoy lucha por su vida en cuidados intensivos. Su padre, A’eed Abu Khater, relató desde una improvisada carpa en la ciudad de Gaza la desesperación de su familia: sin ingresos, sin alimentos y sin recursos para tratar a su hijo, quien no responde a los tratamientos médicos.
El drama se replica en todo el territorio. El Dr. Ahmed al-Farra, jefe de pediatría del Hospital Nasser, en el sur de Gaza, advirtió que cada vez más niños mueren por hambre. Entre ellos, Siwar Barbaq, una beba de 11 meses que apenas alcanza los 4 kilos, menos de la mitad de su peso ideal. “Nadie está a salvo de la hambruna, ni siquiera yo”, afirmó el médico, quien también debe buscar harina para alimentar a su familia.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) alertó esta semana sobre niveles “asombrosos” de desesperación: un tercio de la población no come durante varios días consecutivos. Según datos del Ministerio de Salud de Gaza, este mes se registraron más de 40 muertes relacionadas con la desnutrición, de las cuales 16 corresponden a menores. Desde el inicio de la guerra, suman 111 fallecidos por hambre, 81 de ellos niños.
Las autoridades sanitarias y organismos internacionales acusan a Israel de restringir el ingreso de ayuda humanitaria, agravando una hambruna que afecta a más de dos millones de habitantes. Israel, por su parte, sostiene que la escasez se debe a desvíos por parte de Hamás y a la deficiente administración de los recursos por las organizaciones de asistencia.
En tanto, miles de familias desesperadas se agolpan en centros de distribución de alimentos o persiguen convoyes de ayuda, muchas veces siendo dispersadas con disparos. Los hospitales, colapsados por heridos de ataques aéreos y tiroteos, ahora enfrentan una nueva emergencia: pacientes debilitados por la inanición.
Imágenes de niños esqueléticos, con costillas y omóplatos marcados, evidencian la magnitud de la tragedia, mientras la abundancia parece inalcanzable a solo kilómetros, del otro lado de las fronteras con Israel y Egipto.
La comunidad internacional, organismos humanitarios y la ONU insisten en la urgencia de garantizar corredores humanitarios seguros y un ingreso suficiente de alimentos y medicinas para evitar una catástrofe aún mayor. Sin una solución inmediata, la población civil de Gaza, especialmente sus niños, enfrenta un destino cada vez más sombrío.