En los últimos años, OnlyFans ha emergido como una de las plataformas digitales más controversiales y a la vez lucrativas del mundo. Fundada en 2016, la red permite a los usuarios vender contenido exclusivo, en su mayoría de carácter explícito, mediante suscripciones mensuales o pagos individuales. Su popularidad ha crecido exponencialmente, particularmente durante la pandemia de COVID-19, cuando las restricciones impulsaron a millones de personas a buscar ingresos alternativos desde sus hogares.
OnlyFans se ha convertido en un mercado global donde creadores de contenido de diversas orientaciones y géneros encuentran un espacio para monetizar su trabajo. Según estadísticas recientes, Argentina es uno de los países donde la plataforma ha registrado un crecimiento acelerado. Esto refleja no solo la búsqueda de nuevas fuentes de ingreso en un contexto económico complejo, sino también un cambio cultural hacia la normalización del consumo y producción de contenidos para adultos. Sin embargo, los desafíos persisten: desde estigmas sociales hasta casos de acoso, la experiencia en la plataforma varía ampliamente.
En Ayacucho, una joven creadora, que prefirió mantener su identidad en reserva, compartió con Urgente Ayacucho su experiencia trabajando en OnlyFans. Con palabras francas, detalló su incursión en este ámbito, los beneficios que ha obtenido y las barreras que enfrenta.
“Abrí la cuenta por el dinero que se gana”, relató. “Veo muchas personas logrando sus objetivos gracias a lo que generan en la plataforma, algo que sería difícil con un trabajo tradicional. OnlyFans te da la posibilidad de ganar según el esfuerzo que pongas. Algunas personas ganan desde 300 hasta más de 10.000 dólares al mes dependiendo de sus estrategias y clientes. Eso fue lo que me motivó a intentarlo”.
Para ella, el anonimato es fundamental, especialmente en una comunidad pequeña como Ayacucho. “Acá nadie sabe que trabajo en OnlyFans. La gente es muy cerrada y bastante hipócrita, entonces prefiero mantenerlo así.” Esta decisión, sin embargo, no está exenta de dificultades. Si bien asegura no buscar la aprobación de su entorno, reconoce que la falta de apoyo puede ser un peso emocional.
En cuanto a su rutina laboral, la joven explicó que el éxito en la plataforma requiere dedicación. “Como en cualquier trabajo, hay que esforzarse. Encontrar buenos clientes es clave. Algunos pagan por mes, otros por semana, y otros solo por contenido puntual. Es un mercado con mucha variedad.”
Pese a que no ha sido víctima de acoso, mencionó que las interacciones con los clientes pueden ser complejas. “Hay quienes piden cosas normales, pero también hay solicitudes muy extrañas o desagradables. Hay que tener paciencia y poner límites claros.”
Además, destacó la diversidad de personas que integran OnlyFans. “Hay madres que sostienen a sus familias con esto, hombres que viven de la plataforma, y creadores de todas las edades y orientaciones. Es un espacio amplio que no debería ser juzgado tan negativamente.”
La historia de esta joven ayacuchense evidencia la expansión de OnlyFans como fenómeno global y su capacidad de penetrar incluso en comunidades pequeñas, donde los prejuicios culturales aún prevalecen.