Después de mucho recorrido, en junio del 2023 publiqué “Detrás de las vías” , un libro sobre los desaparecidos de mi ciudad, Ayacucho.
Fue gracias al testimonio de familiares y amigos de las 11 víctimas del terrorismo de Estado que nacieron en este pueblo -cinco casos de los cuales todavía no se tenía registro local- y de muchas personas que colaboraron en el camino.

También gracias al interés de la Editorial municipal de Ayacucho “LEA”, que permitió que el libro salga a la calle.

Ahora bien, no puedo evitar traer este libro a la actualidad y sacarlo de un lugar meramente “histórico”. Sería una hipocresía y un insulto a la memoria de los 11 militantes y vecinos de Ayacucho.

El gobierno nacional de Javier Milei llegó al poder con un discurso negacionista de los crímenes de lesa humanidad que se cometieron en la última dictadura militar. De hecho, su vicepresidenta -Victoria Villarruel- es una abierta defensora de genocidas.

Con solo recordar sus visitas a Jorge Rafael Videla o Miguel Etchecolazt a la cárcel, lo dice todo.

Hoy, a tres meses de su asunción, podemos afirmar que se están desatando hechos gravísimos que nos deben poner en máxima alerta para defender nuestra joven democracia.

El ataque a una militante de la organización de derechos humanos “HIJOS”, nos recuerda a los momentos más oscuros de nuestro país. La mujer fue interceptada en su propio domicilio, golpeada, amenazada de muerte y abusada. Sus atacantes escribieron “VLLC” (Viva La Libertad Carajo) en una de las paredes, antes de retirarse.

El gobierno de Milei y Villarruel no solo no repudió este siniestro hecho, si no que hasta lo puso en duda.

Para peor, una de las propuestas que se están barajando desde Casa Rosada es modificar la Ley de Seguridad Interior que rige en nuestro país, para que las Fuerzas Armadas puedan volver a patrullar las calles, en el marco de combatir a un supuesto “terrorismo”.

Si esto finalmente se da, deberíamos hacer un ejercicio reflexivo: ¿Quién definirá qué será el terrorismo? ¿Será solamente el narcotráfico, o más tarde podrán ser los piqueteros, los mapuches, los organismos de derechos humanos?

Todo esto, en un contexto de creciente crisis económica, ajuste brutal a las clases trabajadoras y a los sectores más vulnerables, así como avances desde el Poder Ejecutivo sobre el Congreso de la Nación y la Justicia.

Es por eso que es imposible que pueda desvincular el libro sobre los desaparecidos de Ayacucho con lo que está sucediendo ahora. Y nadie lo debería hacer, tampoco.

Pido por favor que:

-No naturalicemos este tipo de hechos
-No pensemos que los ataques y censuras serán solo para un sector partidario o militante
-No dejemos que la violencia política se vuelva a desatar en nuestro país

Julián Pilatti.