La Iglesia Católica evalúa a los posibles sucesores del Papa Francisco

Ante la eventual necesidad de una sucesión en el liderazgo de la Iglesia Católica, diversos sectores eclesiásticos ya analizan quién podría convertirse en el próximo Sumo Pontífice. Con más de 130 cardenales con derecho a voto, gran parte de ellos designados por el Papa Francisco, el futuro del Vaticano podría estar en manos de un líder con perfil reformista, aunque no se descartan alternativas más conservadoras.

Entre los nombres que suenan con más fuerza se encuentra el cardenal Matteo Zuppi (Italia, 69 años), arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana. Se lo reconoce por su cercanía con los sectores marginados y por haber sido mediador en conflictos internacionales, con una clara sintonía con el legado pastoral del actual pontífice.

Otro fuerte candidato es el filipino Luis Antonio Tagle (67 años), prefecto del Dicasterio para la Evangelización. Su perfil es abierto, dialoguista y representa una opción progresista que podría conectar con los católicos del sur global, además de marcar un hito como primer Papa asiático.

Desde África, el ghanés Peter Turkson (76 años) aparece como una figura de peso. Ha sido una voz destacada en temas de desarrollo humano integral y cuidado ambiental. Su elección sería también histórica, al convertirse en el primer Papa africano de la era moderna.

En el ámbito europeo más conservador, el húngaro Péter Erdő (72 años), arzobispo de Esztergom-Budapest, representa una opción con fuerte formación teológica y apego a las tradiciones, lo que podría ser bien recibido por sectores más clásicos del Vaticano.

A ellos se suman otros cardenales como el canadiense Marc Ouellet (79 años), ex prefecto de la Congregación para los Obispos, de línea tradicionalista; el argentino Leonardo Sandri (81 años), muy respetado en Roma y con extensa trayectoria diplomática; el guineano Robert Sarah (79 años), de posición conservadora y con fuerte arraigo en África; y el italiano Pietro Parolin (69 años), actual secretario de Estado del Vaticano, con amplios vínculos diplomáticos.

El próximo cónclave, cuya fecha dependerá de los tiempos canónicos, se llevará a cabo bajo estricto secreto en la Capilla Sixtina. Para ser elegido, el nuevo Papa deberá obtener al menos dos tercios de los votos. Si no se logra en las primeras rondas, el proceso podría flexibilizarse según lo dispuesto por la normativa vaticana.

El futuro Papa tendrá la tarea de guiar a la Iglesia en tiempos de grandes desafíos: la pérdida de fieles en Occidente, el crecimiento en África y Asia, el debate sobre el rol de la mujer, la inclusión de las diversidades y la lucha contra los abusos.