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Los videojuegos pueden mejorar la salud mental si se usan con moderación, según nuevos estudios
A pesar de las críticas por su supuesto impacto negativo, diversas investigaciones científicas destacan que los videojuegos pueden favorecer la concentración, la memoria, el estado de ánimo y la sociabilidad, siempre que se juegue de manera responsable.
Por qué importa
Los videojuegos no solo son una forma de entretenimiento masivo, con más de 3 mil millones de jugadores en todo el mundo, sino que también pueden tener efectos positivos sobre la salud mental. Según los especialistas, su uso moderado y consciente puede contribuir al bienestar emocional y cognitivo.
Lejos de la idea de que los videojuegos fomentan la violencia o la adicción, nuevos estudios respaldados por compañías tecnológicas como Acer indican que el juego responsable puede mejorar la atención, el control de los impulsos y la memoria.
Entre los principales beneficios detectados se encuentran:
- Conexiones sociales: los juegos en línea ayudan a reducir el aislamiento y la ansiedad, favoreciendo la interacción.
- Atención plena: al concentrar la mente en una sola tarea, los videojuegos pueden disminuir el estrés y mejorar el sueño.
- Función cognitiva: estimulan la rapidez mental, la toma de decisiones y la flexibilidad del pensamiento.
- Alegría y bienestar: generan una sensación de satisfacción comparable con la del ejercicio o la meditación.
- Prevención del deterioro cognitivo: en adultos mayores, ayudan a mantener la memoria activa y ralentizar el envejecimiento mental.

Declaraciones
“La elección de la laptop perfecta para juegos no solo se trata de rendimiento; es también una cuestión de salud. Las tecnologías de protección ocular como los filtros de luz azul garantizan una experiencia segura y placentera”, señalaron desde Acer.
Durante años, los videojuegos fueron objeto de debate por su presunta relación con problemas de conducta o adicción a las pantallas. Sin embargo, la evidencia actual sugiere que su impacto depende del tiempo de uso, el tipo de juego y la capacidad del usuario para establecer límites saludables.
Los especialistas recomiendan no jugar más de dos horas diarias, evitar las sesiones nocturnas prolongadas y elegir juegos sin contenido angustiante.
