El especialista en educación agraria, Martín de Alza, exdirector, inspector y licenciado en Ciencias Agrarias, expresó su preocupación por el estado actual de la educación técnico-profesional en Argentina, particularmente en las escuelas agrarias y técnicas. En una entrevista para Radio Ayacucho, de Alza destacó que la financiación de estos centros educativos ha sufrido importantes recortes, lo que afecta directamente a su funcionamiento y calidad educativa.
Uno de los puntos más preocupantes es el desfinanciamiento del Fondo de Incentivo Docente y la amenaza sobre el presupuesto para la educación técnica. La ley 26.058, promulgada en 2005, establece un fondo específico para la educación técnico-profesional, que ha sido fundamental para el desarrollo de estas instituciones. Sin embargo, el presupuesto 2025 que se presentará al Congreso contempla una reducción en estos fondos, lo que podría dejar desprotegida a gran parte de la red educativa técnico-profesional.
Martín de Alza recordó que esta situación no es nueva, ya que durante el gobierno de Mauricio Macri también se bloquearon o burocratizaron los fondos destinados a las escuelas técnicas y agrarias, afectando el normal desarrollo de sus actividades. Como resultado, muchas instituciones enfrentaron dificultades para acceder a los recursos necesarios, lo que impactó directamente en la formación de los alumnos.
En la entrevista, de Alza también mencionó cómo las políticas públicas actuales parecen considerar la educación como un gasto en lugar de una inversión, lo que perjudica especialmente a las escuelas agrarias. Estas instituciones no solo requieren financiamiento para la compra de insumos y equipamientos, sino también para el mantenimiento de infraestructura, transporte y comedores escolares, aspectos fundamentales en el contexto de la educación rural.
De Alza cuestionó la visión del gobierno sobre la posibilidad de que las escuelas agrarias se financien a sí mismas, dado que no pueden ser gestionadas como empresas. La producción que realizan, ya sea de animales o cultivos, forma parte del proceso de enseñanza y no tiene como objetivo obtener rentabilidad, sino formar a los alumnos en un ambiente educativo.
Además, subrayó la importancia del Estado en garantizar la igualdad de oportunidades para todos los estudiantes, asegurando que las escuelas cuenten con los recursos necesarios para una formación de calidad. También resaltó que la tecnología y la ciencia avanzan rápidamente, y las escuelas deben estar equipadas para preparar a los alumnos para el futuro, lo que requiere inversiones continuas en tecnología y formación docente.
En el contexto de Ayacucho, donde algunas escuelas agrarias cuentan con grandes superficies productivas como la Escuela Agropecuaria Perito Moreno con 84 hectáreas, Martín expresó su preocupación sobre cómo estas instituciones, a pesar de su potencial, enfrentan desafíos significativos debido a la falta de financiamiento adecuado.