La ciudad de Ayacucho ha sido tradicionalmente conocida por su bajo índice de inseguridad en comparación con grandes urbes. Sin embargo, recientes hechos delictivos han conmocionado a la ciudad, destacando la ineficacia del sistema judicial y la falta de medidas preventivas adecuadas.
El 13 julio de 2024, Soledad Machado, una comerciante del barrio Bellas Artes, fue víctima de un robo en su local ubicado en la calle Sucre, barrio Bellas Artes. Aparentemente, dos delincuentes ingresaron al comercio en la madrugada, saltando un paredón, rompiendo la puerta trasera, y desconectando la energía para apagar las cámaras de seguridad. Se llevaron bebidas, mercadería y otros elementos. Aunque Soledad radicó la denuncia y el caso trascendió en los medios locales, los delincuentes, aparentemente los mismos, volvieron a robar el local pocas horas después.
A pesar de que los sujetos están identificados y vinculados a múltiples robos en la ciudad, continúan libres debido a la inoperancia del sistema judicial del departamento de Dolores. Esta situación ha generado frustración y desánimo entre las víctimas, quienes sienten que sus denuncias no son atendidas adecuadamente y temen represalias de los delincuentes.
El caso de Soledad Machado no es aislado. Varios comerciantes de Ayacucho han sufrido robos similares y muchos optan por no denunciar los hechos ante la falta de resultados y el miedo a represalias. La percepción de inseguridad ha aumentado, y la confianza en el sistema judicial se ha visto seriamente afectada.
La creciente inseguridad en Ayacucho, ejemplificada por el caso de Soledad Machado, subraya la urgente necesidad de una reforma en el sistema judicial y la implementación de medidas preventivas eficaces. Los vecinos esperan respuestas y acciones concretas para garantizar su seguridad y restaurar la confianza en las instituciones.