El presidente argentino Javier Milei generó polémica en su reciente presentación en el Foro Económico Mundial de Davos al alejarse de la agenda económica y centrarse en lo que denominó una “batalla cultural” contra el wokismo y el progresismo. Su discurso desató críticas al vincular, de manera controversial, a las parejas homosexuales con la pedofilia, a raíz de un caso judicial en Estados Unidos.
Milei cuestionó la promoción de la agenda LGBT+, sosteniendo que se busca imponer “que las mujeres son hombres y los hombres son mujeres” y que existen situaciones en las que personas se aprovechan de la identidad de género para cometer delitos. En este contexto, mencionó el caso de William y Zachary Zulock, dos hombres homosexuales condenados en EE.UU. por abuso infantil. “La ideología de género, en sus formas extremas, constituye abuso infantil”, sentenció el mandatario.
Las declaraciones del presidente fueron refutadas por diversos sectores. La socióloga Sol Prieto, investigadora del CONICET, respondió a través de la red social X, señalando que “el 80% de los abusos en las infancias son intrafamiliares” y que “más del 99% de las familias con hijos son heterosexuales”.
Uno de los que también reaccionó al discurso fue Sebastián Colavita, ayacuchense reconocido bailarín, profesor y coreógrafo, quien brindó su opinión en Radio Ayacucho. “No siento que Milei me represente. Siempre prefiero hablar de la diversidad, de todas las minorías, porque en algún aspecto, todos pertenecemos a una”, expresó. También advirtió sobre el peligro de la desinformación cuando proviene de figuras de poder y el impacto que puede tener en los jóvenes.
Colavita consideró “aberrante” la relación que hizo Milei entre homosexualidad y pedofilia, así como sus cuestionamientos al feminismo. “Llamar ‘crímenes pasionales’ a los femicidios es un retroceso enorme. Antes se consideraban asuntos privados y las penas eran menores”, indicó.
Consultado sobre el impacto de estos discursos, destacó que los derechos no son fijos ni están garantizados de por vida. “Las generaciones anteriores lucharon por derechos que muchos jóvenes hoy dan por sentados, sin saber que pueden perderse si no se defienden”, advirtió. También mencionó la movilización convocada para el 1 de febrero en varias ciudades de Argentina, así como en Uruguay y España, contra los discursos de odio.
En cuanto a la situación en Ayacucho, Colavita compartió su experiencia personal: “Siempre tuve una recepción cálida y respetuosa, pero reconozco que la adolescencia fue un ámbito muy discriminador. Hoy estoy más preparado para enfrentar esos desafíos”. Añadió que, si bien ha avanzado la inclusión, persisten miradas y prejuicios.
Su testimonio cobra relevancia en el contexto del caso de un joven ayacuchense que denunció recientemente haber sido agredido verbal y físicamente en una confitería de la ciudad debido a su orientación sexual. “Estos hechos demuestran que todavía hay una parte de la sociedad que no acepta la diversidad”, reflexionó Colavita.
El discurso de Milei y sus repercusiones reavivaron el debate sobre los derechos de las minorías y la importancia de combatir los discursos de odio en la sociedad argentina.
