En la madrugada del 29 de octubre, un devastador derrumbe se produjo en el Hotel Dubrovnik, ubicado en la intersección de la Avenida 1 y la Avenida Buenos Aires, en Villa Gesell. Las autoridades del Ministerio de Seguridad confirmaron la muerte de al menos una persona, mientras que las tareas de rescate se intensifican para localizar a entre siete y nueve individuos que se presume permanecen atrapados bajo los escombros.
Equipos de bomberos provenientes de diversas localidades se encuentran en el lugar, llevando a cabo un arduo trabajo de remoción de los restos del edificio en un esfuerzo por encontrar posibles sobrevivientes. Una dotación de Bomberos Voluntarios de Ayacucho, compuesta por Hugo Erbin, Carlos Catena, Federico Malvestitti, Saúl Suárez, Raúl Sampallo, Laureano Garberi, Gastón Gencarelli y Claudia Pereyra, se ha unido a la misión de rescate, junto a especialistas en Psicología de la Emergencia. Los brigadistas Raúl Mariño y Agustín Liuzzi también están presentes, brindando su apoyo en este crítico momento.
Un vecino de Ayacucho, Nicolás García, relató su experiencia al medio Telefé, describiendo cómo sintió el temblor que precedió al colapso. Según su testimonio, todo comenzó con una vibración en su departamento que lo alertó sobre el inminente derrumbe. En un acto heroico, un vecino logró rescatar a una madre con sus dos hijos momentos después del incidente. La rápida llegada de los servicios de emergencia, incluyendo bomberos y personal policial, facilitó el rescate.
El Hotel Dubrovnik, inaugurado en 1986 por un matrimonio croata, contaba con 133 habitaciones y 70 cocheras, y estaba en proceso de refacción para la próxima temporada turística. Sin embargo, la municipalidad había detenido previamente parte de las obras por irregularidades en las autorizaciones. La información oficial indica que, aunque algunas reformas eran legítimas, otras se realizaban sin la debida autorización, lo que podría haber contribuido al colapso.